25 abr 2010

- "¡Oh, princesa Dulcinea...


... señora deste cautivo corazón! Mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso afincamiento de mandarme no parecer ante vuestra fermosura. Plegaos, señora, de membraros desde vuestro sujeto corazón que tantas cuitas por vuestro amor padece."

Trabajo placentero. Dadme Quijotes para ilustrar, aunque sean despechados de su dama.

(Para Lola; mi Dulcinea particular).

No hay comentarios: